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viernes, 27 de octubre de 2017

MEDICINA TRADICIONAL CHINA

¿Cuáles son las razones por la que los múltiples efectos beneficiosos  del ganoderma continúen poco difundidos en la sociedad occidental? ¿Cuál es el grado de evidencia científica de sus propiedades?

La Medicina Tradicional y muy especialmente la Medicina tradicional china (MTC) están jugando un papel creciente e importante en la Sanidad moderna, con el desarrollo de nuevos protocolos clínicos y costos económicos reducidos.


La medicina tradicional china (MTC) se basa fundamentalmente en el concepto filosófico que describe el cuerpo humano como un pequeño universo formado por una serie de refinados sistemas conectados entre si y que mantienen un perfecto equilibrio entre ellos para mantener la salud y el buen funcionamiento de todo el cuerpo. Al mismo tiempo la MTC se asienta en el convencimiento de que la vida y toda actividad del ser humano se desarrolla en íntima relación con el medio ambiente a todos los niveles. Esta directa relación entre las leyes naturales del universo, y su influencia sobre la salud y el desarrollo del ser humano ha sido objeto de atención desde tiempos antiguos, encontrándose descripciones que se remontan a 1200 años antes de Cristo.


A diferencia del modelo anatómico empleado en el mundo occidental (que concibe y divide el cuerpo humano en partes y órganos distintos), la MTC se preocupa de la función corporal de una forma global y no se limita a una sola parte de ese organismo. La medicina convencional occidental interpreta la enfermedad partiendo de la base de que es un órgano concreto el que está enfermo y por ese motivo los tratamientos empleados van dirigidos a tratar ese órgano afectado. Por su parte, la MTC entiende que es el individuo en su totalidad el que está enfermo y que la afectación de un órgano concreto no es más que la manifestación externa de la pérdida de ese equilibrio interior que garantiza la salud.

Esta disparidad básica conceptual entre la medicina occidental y la oriental, explica las diferentes formas de tratar la enfermedad entre ambas tradiciones. La medicina occidental trata la enfermedad por medio de productos (principalmente de origen químico) que se desarrollan a partir de los conocimientos fisiológicos y tiene como objetivo un órgano concreto. La medicina oriental busca restablecer ese equilibrio interior perdido (y necesario para la salud) y se basa en su tradición y en conocimientos ancestrales.

Innegablemente ambas concepciones médicas buscan el mismo fin; la salud y el bienestar del individuo, si bien por caminos distintos. No obstante se debe admitir, que estos diferentes pensamientos sobre la salud y la enfermedad van aproximándose cada día más, hasta el extremo de que comienzan a ser frecuentes los intercambios de conocimientos y métodos entre ambas culturas y se admite que pueden ser concurrentes; el ejemplo más relevante lo encontramos en la acupuntura, hasta hace poco tiempo tenida como un remedio poco menos que esotérico y que en la actualidad, en el mundo occidental, se acepta su empleo terapéutico en gran número de afecciones.

En la última década estamos asistiendo a la valoración científica de gran número de productos naturales, provenientes de la farmacopea oriental que datan desde siglos en el poso cultural de esos países. Con el actual estado de conocimientos no puede argumentarse la existencia de una incompatibilidad absoluta entre ambas concepciones de la medicina, es más; parece razonable pensar que pueden complementarse e incluso tener efectos sinérgicos. En el Hospital Oncológico de Shanghai tenemos un ejemplo: el paciente con cáncer es examinado por un equipo multidisciplinario, y es tratado con radioterapia y quimioterapia de occidente, y con productos vegetales propios de la MTC.


Sin embargo conviene destacar una diferencia básica entre los productos naturales de la MTC y los fármacos de la medicina científica occidental: el periodo de observación y la valoración de eventuales efectos secundarios. Para aprobar un fármaco, las legislaciones sanitarias del mundo occidental exigen múltiples estudios que prueben la eficacia del preparado, pero también la falta de efectos secundarios, o el grado de éstos si se presentasen. 

Lógicamente el conocimiento de los efectos adversos o indeseables permanecen abiertos en el tiempo, incluso después de admitido su uso como medicamento, ya que no resulta excepcional que se conozcan su número y su intensidad, mucho tiempo después. Sin embargo no ocurre lo mismo en la MTC ya que el uso de los productos naturales se remonta a muchos siglos, por lo que se conocen no sólo sus indicaciones sino también los efectos indeseables que pueden tener, lo que le confiere una palpable ventaja si se compara con los medicamentos de nueva factura.


En Occidente, el estado de bienestar, el respeto a los derechos humanos y en definitiva la búsqueda de la protección a las personas, en cualquier ámbito que se considere, ha llevado, en el campo sanitario, a una compleja legislación y a unos requisitos científicos extremadamente rigurosos. Lo que condiciona la existencia de unas escrupulosas y escalonadas (por fases) investigaciones en humanos, cuyo desarrollo es largo y extraordinariamente oneroso. Además de ser muy gravosas en el orden económico. Pero no puede ser de otra manera.

Pese a lo comentado, en los últimos años vienen prodigándose estudios científicos in vitro, en animales y en humanos, que vienen confirmando los efectos y propiedades que, de modo empírico y de la mera observación se han atribuido a productos naturales de la MTC, en especial al ganoderma.

Tal como se puede comprobar en el contenido de esta Web, el número de estudios científicos sobre el Ganoderma lucidum se incrementa cada año. Se aleja de la intención de esta página Web  abordar extensamente  las razones que obstaculizan que los productos naturales de la llamada Medicina Tradicional (MT) [en el que la china (MTC) tiene el principal protagonismo], sean estudiados con los estándares de la Medicina Occidental (MO). Pero  por considerarlo relevante reproducimos parte del artículo firmado por autores de la Facultad de Medicina de Tokio y de la Universidad de Shandong, China (Drug Discover Ther 2011; 5: 261-265)






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miércoles, 4 de septiembre de 2013

MEDICINA TRADICIONAL CHINA - SANIDAD MODERNA

¿Cuáles son las razones por la que los múltiples efectos beneficiosos  del ganoderma continúen poco difundidos en la sociedad occidental? ¿Cuál es el grado de evidencia científica de sus propiedades?

La Medicina Tradicional y muy especialmente la Medicina tradicional china (MTC) están jugando un papel creciente e importante en la Sanidad moderna, con el desarrollo de nuevos protocolos clínicos y costos económicos reducidos.


La medicina tradicional china (MTC) se basa fundamentalmente en el concepto filosófico que describe el cuerpo humano como un pequeño universo formado por una serie de refinados sistemas conectados entre si y que mantienen un perfecto equilibrio entre ellos para mantener la salud y el buen funcionamiento de todo el cuerpo. Al mismo tiempo la MTC se asienta en el convencimiento de que la vida y toda actividad del ser humano se desarrolla en íntima relación con el medio ambiente a todos los niveles. Esta directa relación entre las leyes naturales del universo, y su influencia sobre la salud y el desarrollo del ser humano ha sido objeto de atención desde tiempos antiguos, encontrándose descripciones que se remontan a 1200 años antes de Cristo.


A diferencia del modelo anatómico empleado en el mundo occidental (que concibe y divide el cuerpo humano en partes y órganos distintos), la MTC se preocupa de la función corporal de una forma global y no se limita a una sola parte de ese organismo. La medicina convencional occidental interpreta la enfermedad partiendo de la base de que es un órgano concreto el que está enfermo y por ese motivo los tratamientos empleados van dirigidos a tratar ese órgano afectado. Por su parte, la MTC entiende que es el individuo en su totalidad el que está enfermo y que la afectación de un órgano concreto no es más que la manifestación externa de la pérdida de ese equilibrio interior que garantiza la salud.

Esta disparidad básica conceptual entre la medicina occidental y la oriental, explica las diferentes formas de tratar la enfermedad entre ambas tradiciones. La medicina occidental trata la enfermedad por medio de productos (principalmente de origen químico) que se desarrollan a partir de los conocimientos fisiológicos y tiene como objetivo un órgano concreto. La medicina oriental busca restablecer ese equilibrio interior perdido (y necesario para la salud) y se basa en su tradición y en conocimientos ancestrales.

Innegablemente ambas concepciones médicas buscan el mismo fin; la salud y el bienestar del individuo, si bien por caminos distintos. No obstante se debe admitir, que estos diferentes pensamientos sobre la salud y la enfermedad van aproximándose cada día más, hasta el extremo de que comienzan a ser frecuentes los intercambios de conocimientos y métodos entre ambas culturas y se admite que pueden ser concurrentes; el ejemplo más relevante lo encontramos en la acupuntura, hasta hace poco tiempo tenida como un remedio poco menos que esotérico y que en la actualidad, en el mundo occidental, se acepta su empleo terapéutico en gran número de afecciones.

En la última década estamos asistiendo a la valoración científica de gran número de productos naturales, provenientes de la farmacopea oriental que datan desde siglos en el poso cultural de esos países. Con el actual estado de conocimientos no puede argumentarse la existencia de una incompatibilidad absoluta entre ambas concepciones de la medicina, es más; parece razonable pensar que pueden complementarse e incluso tener efectos sinérgicos. En el Hospital Oncológico de Shanghai tenemos un ejemplo: el paciente con cáncer es examinado por un equipo multidisciplinario, y es tratado con radioterapia y quimioterapia de occidente, y con productos vegetales propios de la MTC.


Sin embargo conviene destacar una diferencia básica entre los productos naturales de la MTC y los fármacos de la medicina científica occidental: el periodo de observación y la valoración de eventuales efectos secundarios. Para aprobar un fármaco, las legislaciones sanitarias del mundo occidental exigen múltiples estudios que prueben la eficacia del preparado, pero también la falta de efectos secundarios, o el grado de éstos si se presentasen. 

Lógicamente el conocimiento de los efectos adversos o indeseables permanecen abiertos en el tiempo, incluso después de admitido su uso como medicamento, ya que no resulta excepcional que se conozcan su número y su intensidad, mucho tiempo después. Sin embargo no ocurre lo mismo en la MTC ya que el uso de los productos naturales se remonta a muchos siglos, por lo que se conocen no sólo sus indicaciones sino también los efectos indeseables que pueden tener, lo que le confiere una palpable ventaja si se compara con los medicamentos de nueva factura.


En Occidente, el estado de bienestar, el respeto a los derechos humanos y en definitiva la búsqueda de la protección a las personas, en cualquier ámbito que se considere, ha llevado, en el campo sanitario, a una compleja legislación y a unos requisitos científicos extremadamente rigurosos. Lo que condiciona la existencia de unas escrupulosas y escalonadas (por fases) investigaciones en humanos, cuyo desarrollo es largo y extraordinariamente oneroso. Además de ser muy gravosas en el orden económico. Pero no puede ser de otra manera.

Pese a lo comentado, en los últimos años vienen prodigándose estudios científicos in vitro, en animales y en humanos, que vienen confirmando los efectos y propiedades que, de modo empírico y de la mera observación se han atribuido a productos naturales de la MTC, en especial al ganoderma.

Tal como se puede comprobar en el contenido de esta Web, el número de estudios científicos sobre el Ganoderma lucidum se incrementa cada año. Se aleja de la intención de esta página Web  abordar extensamente  las razones que obstaculizan que los productos naturales de la llamada Medicina Tradicional (MT) [en el que la china (MTC) tiene el principal protagonismo], sean estudiados con los estándares de la Medicina Occidental (MO). Pero  por considerarlo relevante reproducimos parte del artículo firmado por autores de la Facultad de Medicina de Tokio y de la Universidad de Shandong, China (Drug Discover Ther 2011; 5: 261-265)





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martes, 6 de agosto de 2013

¿QUE ES EL GANODERMA LUCIDUM? - COMPARTA ESTA INFORMACIÓN

Usted puede ayudar a muchísimas personas desde la comodidad de su hogar, comparta salud y prosperidad mediante el consumo del café saludable DXN con Ganoderma lucidum.

El ganoderma lucidum es un hongo basomiceto, que ocupa, desde hace casi dos mil años, un lugar preferente en la farmacopea china por las propiedades profilácticas y curativas atribuidas a él por la población, y porque fueron recogidas en la literatura desde los tiempos de la dinastía Ming (1368-1644). 

Gracias al Compendio de Material Médico editado por el renombrado médico de su tiempo Li Shi Zhen, que posteriormente fue traducido al japonés, inglés, francés, alemán ruso e incluso al latín, su conocimiento ha llegado a nuestros días. En este compendio, al igual que en otros posteriores, se aconsejaba este hongo para mantener la vitalidad del organismo y de ese modo promover la longevidad del individuo. También se le atribuían numerosos efectos beneficiosos tanto en el campo preventivo como curativo.

Se han aislado en el Ganoderma lucidum más de 100 distintos triterpenos oxigenados (como el ácido ganodérico, el lucidumol B, ganodermanondiol y el ácido alfa ganolucídico), betaglucanos, polisacáridos y poliglucopéptidos, ácidos grasos, adenosina, esteroles, alcaloides biológicos, aminoácidos polipeptídicos, derivados furánicos, superoxidodismutasa, vitaminas (B1, C, D, E) y minerales (germanio, magnesio, potasio, selenio).




Toda esta rica composición de elementos es la que explica la gran variedad de efectos saludables y curativos, que desde siempre se ha atribuido al Ganoderma lucidum [a partir de ahora ganoderma] y que, poco a poco, se va evidenciando de modo científico tal como se concibe en el pensamiento occidental. A simple vista podría considerarse como una panacea universal, pero nada más lejos de esto; el Ganoderma no sirve para todo, pero tiene por delante un largo camino científico para verificar el alcance de sus múltiples efectos. Debemos incidir en el hecho de que el ganoderma no es un solo producto ni una sola molécula, de ahí la posibilidad teórica de que tenga distintas acciones y que alguna de ellas conjuntamente se potencien. Los muy diversos efectos se deben a su múltiple composición y en consecuencia no se debe dudar sobre los auténticos efectos beneficiosos porque sean muchos y variados.


Un ejemplo nos puede ayudar a desterrar la duda que pueda despertar una sustancia por el simple hecho de que presente numerosas utilidades y considerables acciones saludables. ¿Qué podría pensarse, a simple vista, de un fármaco que estuviera indicado para formar parte de tratamientos tales como la isquemia coronaria; el ictus (alteraciones cerebro vasculares); infarto de miocardio; que se utilizara como antigripal; que resultara ser uno de los más potentes antiinflamatorios conocidos, que además fuera un antipirético de reconocida eficacia y un potente analgésico? ¿Qué podría pensarse, además, si este fármaco tuviera más de cien años de antigüedad?. Este fármaco existe y es una sola sustancia; el ácido acetilsalicílico, universalmente conocido con el nombre de Aspirina.

El ganoderma, tiene un potente poder antioxidante e inmunomodulador, que confiere muchas de las acciones que se le atribuyen. Pero su heterogénea composición le confiere muy diversos efectos y diferentes modos de actuación y algunos de sus componentes se potencian y tienen poder sinérgico. A su acción antioxidante e inmunomoduladora se debe que, desde antiguo, se tenga al ganoderma como un potente un refuerzo de las defensas orgánicas y como un estimulante de la longevidad.


El ganoderma se ha mostrado útil en el herpes simple, en el genital o en el de la inmunodeficiencia humana. Ha evidenciado poder analgésico y antiinflamatorio en la artritis reumatoide.
También ha resultado efectivo en enfermos con glomeruloesclerosis focal segmentaria. Y en nefrosis resistentes a los corticoides. Igualmente ocurre con pacientes con hipertrofia benigna de próstata.
Como antioxidante y estimulador de la inmunidad el Ganoderma lucidum atenúa, disminuye y  protege de los efectos indeseables originados por la quimioterapia o la radioterapia.
Tiene un notable efecto antitumoral, en los cánceres de mama, pulmón, próstata, colon y también en el hepatoma, cáncer de vejiga y en neoplasias hematológicas como leucemias, linfomas o mielomas.

Se ha evidenciado efectos hipotensores lo que abre camino a investigaciones sobre la hipertensión arterial. Ejerce notables efecto en la diabetes al actuar sobre los diversos mecanismos que la desencadenan. Así mismo disminuye las tasas de colesterol y presenta además interesantes efectos sobre el sistema nervioso.

Es necesaria una última observación. Aunque todos los estudios se referirán a las acciones del Ganoderma lucidum, el modo de prepararlo, consumirlo o someterlo a estudio es diferente; así los resultados pueden partir de soluciones acuosas, o de otra naturaleza; del hongo completo; o de únicamente de extractos de sus micelios más o menos purificados; o a partir de sus esporas. Por lo que la composición y cantidad de los distintos elementos que lo integran no son homogéneas ni fácilmente comparables. Las esporas son las que más concentración poseen de todas las sustancias que constituyen el hongo, además son poseedoras de elementos que solo se encuentran en ellas, algunas de éstas  poseen acción propia antitumoral diferente a las contenidas en otras partes del hongo. Las esporas tienen el inconveniente de poseer una doble corteza que dificulta mucho la absorción intestinal. Inconveniente que se obvia si se manipulan industrialmente en debidas condiciones  y se obtiene un polvo que es el más rico en componentes, además de proporcionar un control más fácil de las dosis ingeridas.  Pese a todas estas diferencias de elaboración y consumo del hongo completo o  parte de él,  la actividad del Ganoderma es inequívoca cualquiera sea el procedimiento utilizado.

TENEMOS LA OBLIGACIÓN MORAL DE COMPARTIR ESTA INFORMACIÓN MARAVILLOSA CON NUESTRO ENTORNO 


Nuestros productos son realmente accesibles económicamente, lo que es fundamental para poder llegar a las personas que más necesitan mejorar su Salud y Bienestar.


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